¿Cómo garantizo que mi seguro de vida se use correctamente?

Con todo lo que ha pasado en las últimas dos semanas, has pensado seriamente en contratar un seguro de vida.

Te preocupa que tus hijos puedan seguir recibiendo lo suficiente para vivir como hasta hoy. Sabes que si tú mueres prematuramente, ellos la pasarían muy mal sin ese ingreso que hoy generas. Te has dado a la tarea de buscar opciones accesibles de seguros de vida.

Ya no quieres dejar pasar más tiempo porque sabes que la muerte no toca a la puerta y no avisa el día que quiere venir por ti. Es por eso que decidiste regresar la llamada de ese indeseable agente de seguros que te había estado “molestando” hace tiempo. Le pediste que viniera a tu oficina para que de una vez por todas te quites esa preocupación de encima.

Después de recibir tu llamada, él asistió a la cita contigo lo antes posible. Al llegar le dijiste que querías revisar de nuevo el tema, sólo que ahora en lugar de que te hable de un seguro específico, como el de la última vez y que terminaste poniendo en el cajón de tu escritorio sin querer saber nunca más de él, ahora quieres que te ayude a determinar por qué cantidad es que debes contratar el seguro, qué tipo de plan es mejor y sobre todo que te ayude a encontrar uno que se adapte a lo que puedes pagar en estos momentos. En pocas palabras: le dijiste que ahora quieres que te vea de otra forma y que se comporte como un asesor. Él está feliz de poder ayudarte.

Después de hacer juntos unas cuentas determinaron la suma por la que debes asegurarte. De ahí pasaron a buscar el tipo de plan que te conviene. Luego de todo eso, te decidiste por un seguro que garantiza que en caso de que mueras de forma prematura, tus hijos van a recibir el dinero suficiente para poder llegar a ser independientes. Tal como si tú estuvieras.

El plan te gustó mucho porque también te protege de una posible Muerte Económica, es decir te garantiza que, en caso de que llegues a invalidar de forma total y permanente para seguir trabajando, sigas recibiendo tu ingreso por lo menos los próximos 15 años. Un punto que te agradó mucho es que en caso de que no te suceda nada mientras pagaste el seguro, éste te garantiza devolverte todo lo que pagaste por él.

Finalmente, después de resolver satisfactoriamente todas tus dudas, le pediste que iniciaran con la firma de todos los documentos necesarios para llevar a cabo la póliza.

Empezaron por sacar cita con el doctor para que el martes por la mañana pudieran realizarte los exámenes médicos necesarios. Continuaron con el llenado de la solicitud de la aseguradora.

La llenaron con todos tus datos de nombre, edad, domicilio e información necesaria sobre tu persona. Casi al final llegaron a un momento muy importante: la designación de tus beneficiarios. Pusiste a tu esposa y a tus hijos en partes iguales. Luego te surgieron varias preguntas más importantes aún.

¿Cómo garantizo que mis hijos reciban el dinero? ¿cómo garantizo que lo usen para lo que está destinado? y ¿cómo garantizar que les dure el tiempo que debe durarles? Todas estas dudas te surgen al momento porque te preocupa mucho que tu familia se sienta millonaria de la noche a la mañana.

Has escuchado que las familias y las personas que reciben una herencia o se ganan la lotería tardan como máximo siete años en gastarlo todo y regresar a la su misma situación económica anterior. No quieres que eso le pase a tu familia. Al externar tus dudas a tu agente ( porque ahora ya sientes que es tuyo) él te dice que no te preocupes, que eso se puede resolver de una forma simple.

La solución es ligar tu póliza a un fideicomiso en el cual dejes todas las instrucciones precisas sobre cómo, cuándo y cuánto deben entregarle a tu familia en caso de que llegues a faltarles. No puedes creer que todo haya quedado solucionado mejor de lo que esperabas.

Decides firmar los documentos y sientes una tranquilidad enorme de haberlo hecho porque ya no tienes esa gran carga en tu espalda. Te sientes feliz con la decisión por la cuál te felicito desde aquí. Cuídate mucho. Nos vemos el próximo jueves.

Publicado en Capital de México el 26 de agosto de 2014.